Autor: Héctor Estepa / Quito
La Tercera, Santiago de Chile
VERSIÓN COMPLETA DE LA ENTREVISTA:
– ¿A quién debería apoyar un izquierdista descontento con el Gobierno en las elecciones del domingo? Muchos van a estar en una difícil tesitura.
Desde una posición de izquierda socialista, ecologista, feminista y decolonial, una izquierda profundamente democrática, la elección de este dos de abril es entre dos opciones de la derecha: la derecha del siglo XX liderada por un banquero, Guillermo Lasso, y la derecha liderada por Rafael Correa, que tiene a uno de sus títeres como candidato presidencial: Lenín Moreno. Se trata de una suerte de capítulo andino de la guerra de tronos.
Entonces, si que es una elección muy difícil.
– ¿Qué opinión le merece el candidato Guillermo Lasso?
Lasso, exgobernador y exministro de uno de los gobiernos más nefastos de la historia ecuatoriana, el del prófugo Jamil Mahuad, asoma como la opción opositora gracias al fracaso del gobierno de Correa, quien está actuando como desenterrador de un pasado nefasto.
– ¿Cómo de grande es el descontento en la sociedad ecuatoriana con el Gobierno?
Difícil medirlo. Lo real y cierto es que Lenín Moreno, de largo la mejor opción del correismo, mucho mejor incluso que el propio Correa, solo consiguió algo menos del 40% del respaldo en la primera vuelta. Y en esta segunda vuelta a duras penas está tratando de alcanzar el 50% o algo más, dependiendo del resultado en las urnas -y del respaldo que pueda recibir del Consejo Nacional Electoral. Eso significa que, si consideramos votos nulos y blancos, en caso de que gane el candidato oficialista, que el Gobierno no tendrá detrás de si la mayoría del electorado.
– Usted fue uno de los precursores de la Revolución Ciudadana ¿Qué legado deja la RevoluciónCiudadana? ¿Se cumplió con todo lo prometido?
En la medida que concluye el gobierno de Correa, como cuando se pone el sol, aumentan las sombras. Desde una perspectiva histórica, el saldo es lamentable. Esta ha sido una “década desperdiciada”.
El Gobierno de Correa tuvo una gran cantidad de ingresos disponibles para financiar una transformación productiva, más que en ninguna otra época; un gran respaldo popular, incluso en sus orígenes contaba con el apoyo de los movimientos sociales; un diagnóstico y propuestas de cómo cambiar la economía del país (aunque matizadas por la indefinición sobre la condición capitalista del Ecuador, quizá la gran falla…); un marco constitucional y jurídico propicio para empezar transformaciones estructurales; un escenario internacional muy positivo con varios gobiernos en la región del mismo signo político (que, paradójicamente, han dado el mismo vuelco hacia la derecha); una metrópolis capitalista -los Estados Unidos- en crisis; un neoliberalismo desarmado y deslegitimado (pero no derrotado); y, diez años de estabilidad política.
En una primera aproximación se podría decir que es mucho lo que el Gobierno ha hecho en obra física en esta década. Pero pudo ser mucho más, si no mediaba la desbocada corrupción y el manejo autoritario de Correa. Pero es o no es todo. Hay que evaluar la gestión del correismo desde lo que se propuso hace diez años, por eso hablo de una década desperdiciada.
Lo cierto es que Correa resultó el gran modernizador del capitalismo, tarea que la asumió con una propuesta propia de restauración conservadora. Desde hace ya varios años, sabemos Correa no estaba para alternativas, mucho menos para revoluciones, y peor aún para utopías como las que proponen las ideas del Buen Vivir o sumak kawsay.
– ¿Qué censura del gobierno de Correa? ¿Por qué abandonó el Gobierno?
Correa en menos de dos años abandonó las propuestas de cambio estructural. Como buen tecnócrata y economista neokeynesiano, con profundas raíces conservadoras, se adhirió pronto al desarrollismo, a la eficacia tecnocrática, a la provisión de infraestructura y al incremento del consumo. Término firmando un TLC con la Unión Europea, en contra de sus compromisos iniciales. Retornó al redil del FMI. La recuperación del Estado devino en desmedro del fortalecimiento de la sociedad. Y así el Estado fortalecido le sirvió para imponer autoridad, disciplina y orden en nombre de la Patria. Todo con el fin de poder modernizar el capitalismo. En síntesis, Correa enterró pronto las propuestas de cambio iniciales, y se transformó en el caudillo del siglo XXI.
– ¿Hasta qué punto el Gobierno es autoritario, como critica la oposición? ¿Por qué?
La acción del Gobierno en todos estos años se ha caracterizado por la intolerancia y la violencia verbal y hasta física. Basta escuchar las sabatinas presidenciales. Lejos de los planteamientos democratizadores de la constitución de Montecristi, la del 2008, el correismo ha recurrido aún mucho más que durante la “larga noche neoliberal” a la criminalización, la represión y la persecución de los líderes populares, sobre todo de quienes defienden de los Derechos Humanos y de la Naturaleza.
En lo político, Correa, ya lo dijimos, es un caudillo: no se fortaleció la democracia, por el contrario se restringieron las libertades, se estableció un marco jurídico represivo y se golpeó duramente a las organizaciones y movimientos sociales portadores de propuestas de cambio, grupos que viabilizaron el triunfo de Correa en el 2006. A modo de ejemplo puntual, impuso sanciones a un par de asambleísta de su partido por atreverse a discutir en el parlamento la cuestión del aborto por violación. En lo social, Correa, profundizó los rasgos clientelares de control y disciplinamiento de la sociedad dando paso a una verdadera restauración conservadora.
– ¿Hay libertad de expresión en Ecuador?
No la hubo realmente antes, menos aún ahora. Los medios de comunicación siguen siendo espacios de control de los poderes fácticos. Los grupos más poderosos controlan todavía una buena parte de los medios. Y el Gobierno, esto es lo nuevo de estos años, construyó el mayor consorcio mediático de la historia, con un periodismo mediocre, al servicio del caudillo. Debe quedar claro que en Ecuador no hay medios de comunicación públicos; los que están controlados por el Estado son medios de comunicación gubernamentales, en contra de lo que dispone la Constitución.
– Correa defiende su Gobierno escudándose en el crecimiento económico, descenso de la pobreza y políticas sociales ¿Hasta qué punto ha mejorado el país económicamente?
Si destacamos la reducción de la pobreza, hasta el año 2014, hay que anotar también que los grupos más poderosos del país obtuvieron y siguen los mayores beneficios de toda la historia. Esto es lo que se conoce como “la hipótesis del hocico del lagarto”: en términos relativos la inequidad en la distribución del ingreso puede disminuir (coeficiente Gini), pero en valores absolutos la desigualdad se incrementa sostenidamente en lo que se refiere a la brecha de riqueza. La persistencia y aún ampliación de la desigualdad es explicable pues el propio capitalismo crea una desigualdad de clase (estructural) inalterable, que no fue afectada para nada por Correa.
El mismo lo reconoció. Al cumplir cinco años de su gestión, en entrevista al diario gobiernista El Telégrafo, el 15 de enero de 2012, lo dijo: “Básicamente estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo, porque no es nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero sí es nuestra intención tener una sociedad más justa y equitativa.” Lo dicho es claro y no cambió para nada en los cinco años subsiguientes, todo lo contrario.
No se intentó siquiera afectar este sistema concentrador; por ejemplo, Correa se opuso a la reforma agraria: un mandato de la Constitución de Montecristi, y pocos grupos oligopólicos continúan controlando los principales mercados. Correa nunca intento cambiar este sistema concentrador.
Es decir muchos pobres salieron de la pobreza gracias a los cuantiosos ingresos petroleros, pero los ricos se enriquecieron como nunca porque obtuvieron la tajada de león de dichos ingresos.
Así, realmente la “década ganada” fue para pocos -a más de los corruptos enquistados en muchos ámbitos de la gestión pública-; a la cabeza de la lista de benficiarios se encuentran grandes grupos como La Favorita, ElJuri, Banco Pichincha, Pronaca, Claro, Movistar, Nestlé, Fybeca. Los ingresos de las mil compañías más grandes del país aumentaron de 45,7 a 65,4 mil millones de dólares (2011-2015). Entre los grandes favorecidos del correimo están también muchas empresas extranjeras, sobre todo el capital chino tanto petrolero como minero y empresas constructoras, así como los bancos de ese coloso de Asia. Inclusive el clásico capital financiero internacional: por ejemplo, Goldmann Sachs hizo grandes utilidades al negociar un crédito de 400 millones de dólares apalancado con más de la mitad de la reserva en oro: unos 600 millones. Mientras tanto financistas internacionales lucran con los bonos colocados por el gobierno a diez y cinco años plazo con tasas de interés que llegan al 11% o más, en un monto que ya supera los 7,3 mil millones. La lista de los grandes beneficiarios se alarga indefinidamente si consideramos a los grupos transnacionales aliados de grupos locales, que recibieron, sin licitación, la construcción y manejo por 50 años de los cuatro grandes puertos del Ecuador; el manejo de los grandes campos petroleros; los grandes yacimientos minerales… en esta lista habría que incorporar a los agronegocios, que obtuvieron más del 86% del crédito del sector público, mientras que los campesinos recibieron menos del 11%.
– Usted está en contra del extractivismo. Correa dice que la minería y los pozos de petróleo responsables son necesarios para erradicar la pobreza ¿Comparte esa opinión?
Correa, el mayor promotor de la megamineria en Ecuador, sigue con el mismo cuento de siempre. Está equivocado. La historia nos demuestra que no hay ningún país que haya logrado desarrollarse teniendo como fuente preferente de financiamiento de su economía la exportación de productos primarios, mucho menos sin son petroleros o mineros. El caso ecuatoriano es paradigmático.
Si se quiere financiar un proceso de transformaciones reales hay que buscar los recursos en los bolsillos de los que más ganan y más tienen, no en la Madre Tierra.
– ¿Es el Gobierno de Correa un Gobierno corrupto?
Sin lugar a dudas. Como afirmamos públicamente en el año 2006, en el Plan de Gobierno de Alianza País, cuando propusimos la primera candidatura de Correa, entendemos a la corrupción, no solo como actos reñidos con la ley, sino como el abuso de poder por parte de individuos u organizaciones que beneficien directa o indirectamente a una persona o a un grupo de personas. Y en el Gobierno de Correa lo que ha habido casi permanentemente es abuso de poder.
– ¿Está en crisis la izquierda latinoamericana que fue afín al chavismo? ¿Por qué?
Definitivamente. Y no solo la izquierda afín al chavismo, que, como lo estamos viendo, terminó enredado en los hijos de la dictadura. Las izquierdas no saldrán de su crisis mientras no aprendan a conjugar simultáneamentte y en todas las personas el verbo democracia desde la visión socialista, feminista, ecologista, decolonial.-
Muy claro en el análisis Alberto sobre el correismo. Sobre la reducción de la pobreza, esta es relativa, salieron de la base del Bono de Desarrollo Humano más de 450 mil hogares, por un ajuste de línea de pobreza. Más estas familias están en riesgo de caer en la pobreza otra vez, pues son vulnerables a una crisis económica que ya se la está sintiendo. Las familias que salieron del Bono no tienen un programa de acompañamiento para ver cuál es su situación.
Excelente análisis, hay que agregar la gran diferencia en términos democráticos entre lo que fue una Constitución de Montecristi con un proceso de democracia participativa y lo que tenemos hoy que es un caudillo dictando ordenes a los poderes e instituciones del estado y una sociedad sin derecho a la protesta ni a una verdadera expresión de su voluntad en las urnas, ya no hay ni siquiera ese indicio básico de democracia
En realidad el supuesto cambio de la matriz productiva de correa se basa en los mismos errores y postulados del primer boom petrolero, reprimarizacion de la economía y endeudamiento agresivo + clientelismo