Ulbio Cárdenas S.
Macas, mayo de 2011
En Morona Santiago el NO fue contundente en la consulta popular, pues de acuerdo a los datos oficiales, más del sesenta por ciento rechazó la propuesta del gobierno; situación que el oficialismo no esperaba, pues confiaba en su maquinaria propagandística, en su enorme capacidad para movilizar recursos y en la supuesta credibilidad del Presidente. La lucha al inicio de la campaña se mostraba muy desigual, sin embargo una serie de elementos sociales rompieron la lógica y finalmente, el régimen mordió el polvo de la derrota en esta provincia.
El ingrediente de la unidad de los pueblos fue el factor determinante en este resultado; pues por primera ocasión, los sectores democráticos, populares y de izquierda confluyeron en una instancia unitaria que sirvió de eje en la campaña. Se constituyó la Coordinadora Provincial por el NO, con la participación de Pachakutik, MPD, Montecristi Vive, la UNE y las nacionalidades Shuar y Achuar, representadas por la FICSH, NASHE y NAE.
De nada sirvieron las visitas semanales de Ministros de Estado, Subsecretarios, caravanas culturales, eventos artísticos con entrega de presentes y ofertas, que impulsó el régimen en su intento por dividir a la población indígena y afirmar una base social a favor del gobierno. La mayor parte de la población terminó entendiendo que la consulta popular era la convocatoria a la gran minga nacional para violar la Constitución; reduciendo derechos ciudadanos y colectivos. En el área rural e indígena, donde se siente el asedio del gobierno y las transnacionales mineras, la gente entendió que no podía caer en la trampa y se fueron sumando poco a poco a la gran corriente del NO. El primer campanazo fue una gran asamblea shuar con motivo de la liberación de Acacho y sus acompañantes. Vino luego una asamblea en el cantón Taisha que resolvió no permitir la entrada en sus comunidades a los socializadores del gobierno. El sector indígena cerró filas junto a sus dirigentes perseguidos y lanzó la consigna del NO que fue acogida por sus bases. En estas circunstancias se puede entender los efectos del tsunami del NO en el sector indígena.
Pero no fue únicamente la población indígena; pues en el sector hispano hablante fue ganando el interés por conocer las preguntas de la consulta y a medida que se explicaba su contenido el pueblo captaba las intenciones del gobierno y se llegó a establecer la discusión en el vecindario, configurando la tendencia contra el gobierno, cuya traición al proyecto político de cambio fue desenmascarada. El magisterio, que hace dos años se batió en defensa de sus derechos, cerró también filas alrededor de su dirigencia y entró en una campaña discreta, pero efectiva; las razones de los maestros fueron entendidas por estudiantes, padres de familia y comunidades. En el sector hispano el NO dobló a la tesis oficiales.
Los voceros del gobierno arrasaron en los medios locales; los directores institucionales aplicaron la consigna de copar a como de lugar los noticieros; reclamando para sí la obra vial, los bonos, condicionando a los empleados a contrato, ridiculizando a quienes levantaban la oposición al régimen; ejerciendo una enorme presión sobre los medios; algunos de cuyos directivos miraban al cierre de Radio Canela como una advertencia de lo que podría venir en el futuro. Sin embargo, las voces del NO comenzaron a ganar espacio por la argumentación que poco a poco terminó desenmascarando las posiciones oficiales. Vinieron los debates en los que la gente del gobierno se quedaba sin argumentos. Tan fue así, que en cada confrontación pública, en vez de acumular votos los perdían; sembrando el desconcierto las fuerzas de País, que clamaban terminar con debatir, porque cada vez que lo hacían acrecentaban las posibilidades del NO.
Todos estos elementos desembocaron en la poderosa marcha del cierre de campaña que concentró a cinco mil ciudadanos identificados bajo la consigna de NO, NO Y NO… MIL VECES NO, que retumbará por algún tiempo en los oídos de de un gobierno que se alejó del proyecto de cambio; y que traicionándolo está empeñado en regresar atrás, comenzando por reducir los derechos individuales y colectivos consagrados en la Constitución de Montecristi.
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